miércoles, 23 de marzo de 2011

Se puede hacer teatro como se hace pan

Teatro. Te – a –tro. Divido la palabra en sílabas como nos hacían hacer en la primaria, con aplausos. Pero no. No hay nada en esa palabra, en la unión de las letras T - E - A - T – R – O, en ese significante, un rastro de las emociones, las sensaciones, las experiencias, texturas, olores, que siento cuando digo: teatro. Significados hay muchos y diversos, pero ninguno completo o expresable satisfactoriamente. Y sin embargo cuando escucho, o digo o escribo la palabra Teatro hago una conexión infinita de sensaciones, estados de ánimo, imágenes, sonidos. El teatro y la vida van juntos. Vivimos la vida, no la pensamos. Nos detenemos desde otras instancias para pensarla. El teatro permite reflexionar el mundo, interrogarlo. ¿Como hacemos teatro, nuestro teatro, para qué lo hacemos?
El teatro es como el pan. Un pan puede hacerse de muchas formas. Hay panes de dulce, de sal, rellenos, de trigo, de maíz, hay grandes moldes de pan y panes pequeños. Y todas las formas del pan son bienvenidas porque a cada una corresponde una ocasión especial o un uso determinado. Como el teatro.
Un pan puede hacerse en una gran industria con bandas de producción capaces de hacer toneladas de pan igual. Así el pan puede ser un buen negocio aunque no siempre un buen pan. Los ingredientes y los procesos se estandarizan, se añaden saborizantes artificiales, preservantes y se enfocan en hacer el pan que se vende. Como a veces en el teatro.
Un pan puede hacerse desde la siega del trigo, recogida por las mismas manos que luego hacen la harina y más tarde la amasan. Un pan puede hacerse entre todos, leudando colectivamente. Un buen pan puede hacerse en un horno de leña, con ingredientes naturales, pensando siempre en que el que lo coma le aproveche ese alimento. Lo que importa de un pan es que alimente. Lo que importa de un pan es que llene. Lo que importa de un pan es que nos revele nuevos sabores. Como el teatro.
Un buen pan es siempre un buen pan para todos, es simple. Hacer un buen pan requiere generosidad. No se puede aprender a hacer buen pan escondiendo a los demás lo que sabemos. No se puede hacer un buen pan sólo con recetas secretas, a espaldas de los otros. El mejor pan se hace con amor e intuición. Se hace a la vista de todos, con alegría, así se hace un buen pan. Así se hace buen teatro.

E.T.D.B.

El Teatro Del Barrio